De sueños cumplidos

“Y ahí estaba yo, haciendo una fila larguísima, nerviosa como adolescente a punto de conocer a su banda de k-pop favorita, con un libro entre las manos y la cabeza llena de ideas y sueños…”

El fin de semana pasado me tomé unos días de vacaciones y viajé a Santiago de Chile. Por esas casualidades de la vida justo ese fin de semana se celebraba la Feria del libro de Invierno en la Plaza de Maipu. Y por esas casualidades de la vida, el mismo día que yo estaría en la capital, una de mis escritoras chilenas favoritas presentaba su libro. Esa escritora en cuestión es Francisca Solar, y el libro que presentaba era Bluebells (que tiene una portada maravillosa, como dato anexo). 

Me acompañó una amiga, también enfermera, y fuimos a ver su presentación. Y mientras estaba allí sentada, escuchando maravillada como había sido su recorrido para llegar a ser la brillante escritora que es, pensaba en mi mente: que tremendo que nunca había asistido a la presentación de ningún libro, con lo que me gustan a mi estas cosas! Quizás porque me producía ansiedad el pensar que eso era lo que yo quería hacer pero no había dado ningún paso en esa dirección. 

Pero bueno, la cosa es que fui a verla y me dediqué a escuchar su historia. Ella partió de abajo, como se dice, escribiendo unos fanfiction hace varios años atrás. Era fanática de Harry Potter y de los Archivos Secretos “X”. Y es suuuper ñoña (con todo el cariño del mundo, yo también lo soy jejeje).

Así que la escuchaba, feliz de haberme dado la oportunidad de ir a verla, de conocer como son las presentaciones de libros y, por qué no, de tener un libro autografiado por ella. Son ese tipo de cosas que uno debería hacer, aunque sea una vez en la vida. 

Después de escuchar su presentación, y mientras se hacía una gran fila para pedirle su firma, corrí a comprar dos ejemplares de sus libros (la había leído solo en digital) y me puse a la fila. Y me comían los nervios. 

“Amiga te tienes que tomar una foto con ella”, dejé de pensar tanto en lo ligeramente ridícula que me sentía por estar tan emocionada, y comencé a disfrutar de verdad esa experiencia, conocer a una de mis autoras favoritas, poder conversar con ella, que se acordara de mí por las historias de Instagram que a veces le comento, todo muy plan Groupie.

La verdad es que les cuento esta experiencia porque pienso que deberíamos sentirnos más libres de hacer aquellas cosas que nos gustan, aunque nos creamos los más ridículos del universo por hacerlo. 

Así que vayan a ese concierto, tómense esa foto, hagan ese viaje, canten esa canción, pidan esa foto! Que la vida es muy corta para perderla sintiéndonos ridículos.

“Amiga, algún día vendré de nuevo a ésta feria, pero a ver la presentación de tú libro…”

Las emociones que me generó esa afirmación, las dejo para otra entrada.